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La salud intestinal es la clave de una buena pigmentación

La pigmentación de la piel del pollo continúa siendo un importante factor de mercado en algunos países de América Latina, especialmente en México. Sin embargo, para logar la pigmentación óptima es esencial mantener una buena salud intestinal, lo que incluye un programa efectivo de control de la coccidiosis, de acuerdo con el Dr. Martín Roa, gerente de servicio técnico de Intervet/Schering-Plough Animal Health en México.

El Dr. Roa explicó que la preferencia por el pollo pigmentado se remonta hasta los primeros años, cuando la mayoría de la gente consumía pollos caseros alimentados con alfalfa y flores, lo que les daba una pigmentación amarilla natural. “La gente por lo general creía que mientras más amarillo fuese un pollo, más natural y sano estaba”, explicó el Dr. Roa. Esta preferencia persiste hasta nuestros días en los hábitos de compra.

Actualmente se agregan carotenoides naturales y sintéticos a las raciones para mejorar la pigmentación. El carotenoide que se utiliza más comúnmente es la luteína, compuesto natural que confiere pigmentación con efectividad tanto a la piel del pollo como a la yema del huevo.

La mala absorción de los pigmentos reduce las utilidades

No obstante, la mala absorción de los carotenoides puede impactar gravemente la pigmentación, desanimando a los compradores, dijo el Dr. Roa.

La mala absorción puede tener muchas causas, por ejemplo deficiencias en la calidad de los pigmentos elaborados con luteína, lo cual se puede deber a una mala saponificación, proceso químico que se utiliza para que los pollos absorban el pigmento con más eficiencia. Si no están bien saponificados se reduce su absorción.

Un problema de absorción que encontramos más comúnmente es la presencia de coccidias en el intestino, dijo el Dr. Roa. Esto se debe a que dichos parásitos producen inflamación del intestino y lesiones que pueden disminuir grandemente el potencial de absorción.

De hecho, los estudios han demostrado que la presencia de coccidias en el intestino puede reducir la absorción de nutrientes y carotenoides hasta en un 90%.

Clostridium es otro microorganismo infeccioso que puede causar dificultades y que es especialmente común en México, dijo el Dr. Roa. Estas bacterias atacan el epitelio, que es la delgada capa que recubre internamente al intestino. Al estar dañado, este tejido sirve como vía fácil de entrada de microorganismos patógenos, situación que puede conducir al desarrollo de enfermedades como coccidiosis y enteritis necrótica.

Otro posible problema es la presencia de micotoxinas, que puede reducir la absorción de los carotenoides, explicó el Dr. Roa. Las micotoxinas generan radicales libres. Además de ser agentes pigmentantes, la luteína y otros carotenoides también funcionan como antioxidantes naturales. En presencia de micotoxinas, los carotenoides se dedican a capturar a los radicales libres en lugar de ser depositados en la piel o la yema, como pigmentantes. Cuando esto ocurre, se excretan sin haber cumplido con el propósito para el cual se administraron.

Es importante entender, continuó el orador, que cuando las aves consumen alimentos la mayoría de los componentes de la dieta, incluyendo a los pigmentos, se absorben en la porción anterior del intestino, a saber: el duodeno y el yeyuno. “Ésta no es una parte muy grande del aparato digestivo, por lo que es importante que la salud intestinal sea óptima para que los nutrimentos y los pigmentos se puedan absorber al máximo”, explicó.

Comparación de las estrategias de control de la coccidiosis

El Dr. Roa dijo que en la mayoría de los sistemas de producción de pollo de engorde en México se utiliza uno de cuatro programas de control de coccidiosis:

  1. Anticoccidiales en el alimento
  2. Vacuna
  3. Vacuna más anticoccidial (de 21 a 35 días de edad)
  4. Vacuna más anticoccidial (de 8 días de edad al mercado)

Una ventaja de usar el programa de vacuna más anticoccidial (de 21 a 35 días de edad), señaló, es que permite que la pigmentación ocurra más pronto que con otros programas, lo cual significa menos desperdicio de recursos, dijo y añadió que “a la larga, el programa de vacunación cuesta menos que el programa de anticoccidiales”.

Un concepto que subrayó el Dr. Roa: Cuando las aves se desarrollan con programas a base de Coccivac-B, se requieren tres ciclos de ooquistes para que se desarrolle la inmunidad sólida.

Cuando los pollos se vacunan al día de edad, por lo general las luteínas y otros carotenoides se agregan al alimento aproximadamente el Día 21, dijo el Dr. Roa. “Recordemos que el proceso de pigmentación se basa en la saturación de los tejidos con pigmento, de tal manera que poco a poco su presencia aumenta tanto en la piel como en la yema del huevo”, explicó. En promedio, es necesario que el pollo reciba alimentos con luteína cuando menos las últimas 2 semanas para que ocurra la pigmentación.

“Esto significa que mientras más pronto se tenga un intestino sano, mejor” insistió y agregó que “es por ello que creemos que los programas de vacunación pueden ser una herramienta efectiva para lograr una buena pigmentación durante todo el año”.

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