La vacunación contra la coccidiosis contribuye a mejorar la salud intestinal
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La adición de la vacunación contra la coccidiosis al programa de control de esta enfermedad ha contribuido a mejorar la salud intestinal de las parvadas en dos empresas avícolas de Argentina.
En la Granja Las Camelias, ubicada en Anturios, la adición de la vacuna Coccivac-B, elaborada con ooquistes vivos, a la estrategia rotativa ha sido “una ayuda tremenda para mejorar la salud de nuestras aves”, dijo la Sra. Graciela Marso, tercera generación de propietarios de la compañía.
Antes de usar Coccivac-B, en Las Camelias empleábamos un programa convencional de anticoccidiales en el alimento, rotándolos cada 6 meses, pero los resultados no siempre eran satisfactorios. La presencia de alimento sin digerir y moco en las heces indicaba problemas intestinales. “Era claro que estábamos desperdiciando mucho dinero”, dijo.
Un análisis más detallado de la materia fecal confirmó la presencia, en repetidas ocasiones, de Eimeria acervulina, Eimeria maxima y Eimeria tenella. “No pasaban más de 2 meses con nuestros programas de anticoccidiales antes de que comenzáramos a encontrar lesiones intestinales en los pollos”, explicó.
También teníamos problemas de dermatitis gangrenosa, de la cual encontrábamos casos a razón de 1% al día, a los 33 días e edad. Estos brotes se asociaban con factores de estrés, como extremos de temperatura y no servir el alimento a tiempo. La dermatitis estaba afectando mucho nuestra producción, insistió la Sra. Marso y agregó que “era un verdadero dolor de cabeza”.
Éxito con la vacunación
En febrero de 2008 agregamos Coccivac-B a nuestro programa rotativo de control de coccidiosis y el resultado fue todo un éxito. “Observamos un mejoramiento significativo en la calidad intestinal” y una disminución general en la mortalidad, expresó. La incidencia de dermatitis gangrenosa también cayó significativamente y lo mismo ocurrió con la severidad de los casos. Además, el peso corporal y la conversión alimenticia se mantuvieron en las aves vacunadas con Coccivac-B.
Esta vacuna también tiene otras ventajas, continuó. Simplifica la logística de administrar el alimento pues no requiere de un período de retiro y elimina la preocupación de la presencia de residuos de fármacos. “Éste es un importante beneficio para compañías como la nuestra que exportan a Europa y a otros destinos donde los anticoccidiales están sujetos a control”, explicó.
Al final dijo que la adición de la vacuna al programa de rotación de anticoccidiales ha sido muy buena para Las Camelias, pues ha reducido sustancialmente la mortalidad (véase la Figura 1). “Es una herramienta muy efectiva para mantener sanas a nuestras aves”, cotinuó.
Para que la vacunación contra la coccidiosis sea efectiva, enfatizó, hay que tener cuidado de segurar que se administre uniformemente. En Las Camelias utilizamos el método recomendado de aspersión en la incubadora para luego dar a los pollos suficiente tiempo de consumir la vacuna gracias a su actividad de picoteo.
Es necesario que los supervisores y los trabajadores de campo entiendan la importancia de mantener buenas prácticas de manejo con las aves vacunadas, dijo. Esto incluye proporcionarles un poco más de espacio que cuando se utilizan anticoccidiales en la dieta. Además, cuando se coloca papel sobre la cama, se deben eliminar las heces apelmazadas y húmedas con regularidad, cambiando el papel cuando menos dos veces por semana, aclaró.
La Sra. Marso subrayó la importancia de mantener un buen consumo de agua, proporcionando suficientes bebederos. La calidad del alimento debe ser prioritaria, especialmente para las aves jóvenes. “Nuestros pollos jóvenes reciben materiales de primera calidad y así nos aseguramos de que tengan un buen comienzo”, insistió.
Las Camelias siguió la recomendación de los asesores de servicio técnico de Intervet/Schering-Plough Animal Health y disminuyeron los niveles de energía y proteína de las primeras raciones. Esto se debe a que el exceso de energía y proteína en estas dietas puede promover el desarrollo de bacterias patógenas y otros microorganismos que pueden afectar adversamente el intestino, dijo.
Vacunación más promotores del crecimiento
El Dr. Horacio Gamero, jefe de la división de engorde de la Granja Tres Arroyos, de Buenos Aires, dijo que su experiencia con la vacunación ha sido positiva también.
Explicó a los asistentes que, junto con su equipo, ha logrado mejorar la salud intestinal de sus pollos usando un programa en el que combina Coccivac-B, Enradin F-80 y diversas estrategias nutricionales y de manejo.
Granja Tres Arroyos, que cuenta con más de 650 granjas y procesa más de 300,000 pollos al día, comenzó a hacer cambios para mejorar la salud intestinal en 2004, cuando lanzaron su línea de pollos naturales, desarrollados sin antibióticos ni anticoccidiales. Estos animales se alimentaban solamente con maíz y soya. Sin embargo, sin la protección de los fármacos, sólo lograban pesos de aproximadamente 2.8 Kg (6.17 lb) con conversiones alimenticias de 2.3. “¡Cuando mi jefe vio eso me puso un teléfono rojo!”, dijo el Dr. Gamero.
Para complicar mis dolores de cabeza, encontramos evidencia de enteritis necrótica –atrofia y necrosis de las vellosidades intestinales– junto con dermatitis gangrenosa. Con sus años de experiencia en la producción de pollo, el Dr. Gamero sabía que la enteritis y la dermatitis pueden ser originadas por problemas intestinales, por lo que es crucial mantener una buena salud intestinal. “Sabemos que si queremos ser rentables, necesitamos la mejor calidad intestinal posible”, dijo.
Con esto en mente, el Dr. Gamero y su equipo se enfocaron en mejorar la salud intestinal. Disminuyeron la actividad de ureasa de la soya de sus alimentos y modificaron la proporción cloro:sodio a 1:30, explicó. Comenzaron a usar treonina como aminoácido esencial, bajaron el contenido de fibra de las raciones al mínimo y empezaron a usar ingredientes de alta digestibilidad en sus dietas de preiniciación e iniciación. Añadieron un probiótico al preiniciador, el iniciador y el finalizador. El alimento de retiro se suplementó con un ácido orgánico. También utilizaron un programa de medicación estratégica con bacitracina en el alimento iniciador, a la dosis aproximada de 500 g por ave.
Los cambios de manejo también incluyeron mejoramientos en el medio ambiente de los galpones. Comenzaron a utilizar papel sobre la cama durante la primera semana de vida de los pollos e instituyeron un programa estacional de iluminación, acidificando además el agua durante los primeros 21 días. En los casos necesarios administraban antibióticos terapéuticos. Para supervisar más de cerca a las aves durante el crecimiento, asignaron a un técnico especial.
El Dr. Gamero comenzó a vacunar con Coccivac-B a los pollos al día de edad, en la incubadora, usando el método preferido de aplicación por aspersión. Luego comenzó a administrar antibióticos promotores del crecimiento a niveles variables durante los períodos de preiniciación, iniciación y finalización, retirando todos los promotores durante la última semana previa al sacrificio.
Los resultados fueron impresionantes, explicó el orador, después de enfrentarnos a algunos problemas al principio. “Por equivocación, nuestra planta de alimentos envió una ración con anticoccidial a los galpones vacunados y, desde luego, esto mató a los ooquistes de la vacuna”, explicó.
El Dr. Gamero y sus colaboradores no comprendieron inmediatamente el por qué del aumento repentino y dramático en la coccidiosis. No obstante, una vez descubierto y corregido el error, el rendimiento mejoró significativamente.
En comparación con nuestros resultados previos, dijo el Dr. Gamaro, los pesos durante el período de vacunación se incrementaron 27 g, la conversión alimenticia mejoró 4 puntos y la mortalidad se redujo 0.7%.
“La adición de Coccivac-B a nuestro plan rotativo ha sido un éxito”, declaró el Dr. Gamero.
El hecho de agregar la vacuna contra la coccidiosis a la mezcla implica planeación y logística adicionales, para asegurarnos de que los alimentos correctos lleguen al destino correcto, subrayó el Dr. Gamero. También debemos tomar en cuenta el costo de la vacuna, agregó, pero en general Coccivac-B ha demostrado ser una inversión que bien vale la pena para Granja Tres Arroyos, explicó.
Ya no tenemos problemas de coccidiosis subclínica ni de bajas en el consumo de alimento. Tampoco nos preocupamos más por la presencia de residuos de medicamentos en nuestra línea de pollos naturales.
Dijo que los mejoramientos han sido obvios desde que comenzaron a utilizar la vacuna. “Lo vemos fácilmente al comparar el antes y el después. Estamos obteniendo mejores resultados”.
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