La toxina alfa, un “factor primario”
Dr. Scott: Virulencia clásica
En una disertación sobre los
mecanismos de protección que confiere
Netvax –la vacuna-toxoide de Clostridium
perfringens tipo A– el Dr. Charlie
Broussard de Intervet/Schering-Plough
Animal Health confirmó que todavía
falta mucho por descubrir sobre por qué
y cómo la vacuna estimula la creación
de inmunidad.
El Dr. John F. Prescott, de la Universidad
de Guelph, Ontario, Canadá, que dio una presentación sobre la enteritis necrótica
y la toxina alfa durante otra sesión del
Congreso Avícola, (véase el artículo
correspondiente en la página 10)
expresó su sorpresa por el hecho de
que los investigadores australianos
–cuyos trabajos cuentan con muchas
publicaciones– hubieran podido
inducir enteritis necrótica utilizando
C. perfringens carente del gen de la
toxina alfa.
“Cuando vacunamos únicamente
con el toxoide alfa –y no sólo con las
proteínas secretadas– obtenemos
excelente protección, por lo que
considero que la toxina alfa tiene que
estar involucrada”, reportó.
La Dra. Joan Schrader, investigadora
de Intervet/Schering-Plough Animal
Health y participante en el desarrollo
de Netvax, dijo que no le era difícil
“reconocer el papel de otras proteínas”,
pero subrayó que tanto ella como
muchos otros investigadores habían
identificado a la toxina alfa como un
factor primario. “Creo que es por ella
que Netvax es eficaz”, concluyó.
El Dr. Prescott le recordó al público
que la toxina alfa es “la toxina
clostridiana clásica, pues es la toxina
de la gangrena gaseosa que se presentaba
en la Primera Guerra Mundial. Es así
como se reconoce a C. perfringens”,
aclaró.
Se han descubierto muchas otras
proteínas secretadas, relacionadas con la
virulencia, pero “ciertamente, la toxina
alfa es el factor clásico de virulencia de
C. perfringens”, concluyó.
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