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Nutricionista: “El objetivo es la calificación más baja posible de lesiones de coccidiosis”

Los avicultores deben esforzarse por obtener la calificación más baja posible de lesiones causadas por coccidiosis en sus pollos de engorde para obtener el máximo rendimiento, de acuerdo con el Dr. Robert Teeter, nutricionista de la Universidad Estatal de Oklahoma, EE.UU.

“Algunos productores pueden considerar a una calificación 2 como normal, pero en nuestros estudios hemos encontrado que la ganancia media diaria de las aves con esta calificación cae a cero"… "Es necesario que presten atención a su programa de control de coccidiosis para que sus aves tengan la mayor ausencia posible de lesiones”, dijo en una entrevista después de su presentación.

El Dr. Teeter y sus colegas evaluaron el impacto metabólico de la coccidiosis en diferentes puntos de la curva de crecimiento de los pollos. En el pasado, ya ha presentado los resultados de sus estudios, pero desde entonces ha examinado más de cerca los datos y la influencia de la coccidiosis sobre los costos energéticos en estos animales.

El análisis más profundo confirmó que un bajo nivel de coccidiosis produce un costo mensurable a cualquier edad, pero éste es muy inferior si se presenta durante las primeras etapas de la vida de las aves, pues su impacto general es menor sobre la utilización de la energía, dijo.

En su presentación, explicó cómo él y su equipo utilizaron cámaras metabólicas en estudios diseñados para simular el desafío coccidial en un ambiente comercial. Evaluaron más de 1,000 pollos Cobb X Cobb cinco veces durante un período de 48 días.

Las aves fueron desafiadas oralmente con una mezcla de E. maxima, E. acervulina y E. tenella, que son las tres especies patógenas más comunes del protozoario causante de la coccidiosis, los días 14, 21, 28, 35 y 42. Los testigos recibieron sólo una solución salina estéril.

Después de cada desafío, los investigadores colocaron a las aves en cámaras metabólicas, donde evaluaron diversos parámetros como ganancia de peso, composición corporal, producción de calor, y retención y excreción de energía. Después de 6 días en la cámara, las aves se sacrificaron y se les practicó la necropsia, para calificar las lesiones coccidiales.

Las lesiones se relacionan con un mal desempeño

Cuadro 1. Efectos de las calificaciones de lesiones macroscópicas por coccidiosis sobre la producción y los criterios energéticos a pesos estandártizados1

1 Valores creados usando modelos de predicción (R2>0.95) y pesos iniciales estandarizados.
2 Se utilizaron calificaciones mixtas de lesiones para todas las variables excepto para la eficiencia alimenticia, en cuyo caso se aplicaron arreglos homogéneos de 0, 1, 2, 3 y 4.

Como era de esperarse, los pollos testigos no presentaron lesiones coccidiales, pero sí las desafiadas. En comparación con los testigos, las aves con lesiones tuvieron niveles menores de peso corporal, ganancia de peso y eficiencia alimenticia. También consumieron menos energía y su capacidad de retenerla se redujo con la edad (Cuadro 1), explicó el Dr. Teeter.

Durante la entrevista, el investigador dijo que las cámaras metabólicas “son muy conservadoras, por lo que es posible que el costo determinado en este estudio sea menor de lo que ocurre en el campo”.

Por ejemplo, a los 20 días de edad la energía retenida por las aves con una calificación 2 de lesiones macroscópicas fue 100 Kcal/día, mientras consumían 300 Kcal/día. A los 48 días, la energía retenida por las mismas aves cayó a 0 Kcal, aun cuando el consumo era de 482 Kcal/día, agregó.

Incluso en las aves con calificación de lesiones macroscópicas de sólo 0.5, los resultados demostraron el impacto del desafío coccidial. A los 20 días de edad la energía retenida fue 170 Kcal en comparación con 188 en los testigos. A los 40 días de edad fue 191 Kcal vs. 305 en los testigos.

Alto costo de energía para mantenimiento

Las lesiones de las aves desafiadas presentaron una relación con el costo de la energía para mantenimiento. En otras palabras, en las aves desafiadas con Eimeria este costo aumentó junto con la calificación de lesiones y continuó ascendiendo durante la curva de crecimiento, insistió.

Las calificaciones de lesiones también presentaron una relación positiva con la pérdida de energía en las excretas, subrayó el Dr. Teeter. “Cuando hay desafío coccidial, podemos ver un aumento de 75 a 125 Kcal de energía perdida en las excretas y esto representa ahora una gran proporción del apetito cotidiano de las aves”, indicó. “Además, vimos que aumentaban los requerimientos para mantenimiento, con Kilocalorías adicionales perdidas en forma de calor y bióxido de carbono, que se eliminan a la atmósfera”.

Señaló que las consecuencias de este desafío parasitario siguieron la misma dirección en las aves con calificaciones de lesiones bajas y altas, toda vez que las respuestas en eficiencia alimenticia fueron paralelas a las observadas en la energía y las consecuencias del desafío coccidial fueron más profundas hacia el final del ciclo de vida de las aves.

"Algunos productores pueden considerar a una calificación 2 como normal, pero en nuestros estudios la ganancia media diaria de las aves con esta calificación cayó a cero."
“Las consecuencias de este desafío son mucho más severas durante la segunda mitad de la curva de crecimiento, que es cuando las aves están consumiendo la mayor parte del alimento que reciben durante toda su vida”. Esto es importante sobre todo ahora con los altos costos de la ración, enfatizó el maestro. “Es absolutamente indeseable que las aves estén desarrollando la inmunidad durante este período, pues de lo contrario sería extremadamente costoso y causaría pérdidas tremendas a los productores”.

Es verdad que las aves pueden recuperar el rendimiento perdido a causa de la coccidiosis, pero cuando ésta se presenta en la segunda mitad de la curva de crecimiento, ya no hay suficiente tiempo para llenar este vacío. “Una vez que se pierde una caloría en las excretas, es irreversible, afectando adversa y directamente las utilidades finales”, continuó.

Tal vez los mismos hallazgos sean aplicables a cualquier tipo de inmunidad y no sólo a la específica contra la coccidiosis, hizo suponer. “Parece que un ave que ha desarrollado la inmunidad en forma temprana puede mejorar la energía más eficientemente después”, concluyó.

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