Los alimentos de iniciación son cruciales para el desarrollo del intestino y para el rendimiento del pollo de engorde Alex Maiorka
La atención cuidadosa a la calidad y el tiempo de administración del alimento iniciador pueden mejorar significativamente el rendimiento del pollo de engorde, de acuerdo con Alex Maiorka. Este profesor de la Universidad Federal del estado brasileño de Paraná, señaló que hasta mediados de la década de 1990 eran pocas las integraciones avícolas que dividían sus alimentos de las primeras etapas del desarrollo en preiniciador e iniciador. En vez de ello básicamente administraban la misma dieta durante aproximadamente el primer mes de vida de las aves. Desde entonces, han surgido numerosas estrategias para dividir los alimentos de las primeras fases cuando menos en dos segmentos. La lógica de este enfoque es que los alimentos preiniciadores especializados ayudan al intestino a desarrollarse y permiten a las aves absorber los nutrimentos más pronto y con mayor eficiencia. Durante la etapa de desarrollo del intestino se presentan cambios importantes en la manera como las aves digieren la ración y absorben los nutrientes. “Si se administran demasiado pronto los alimentos diseñados para etapas posteriores del ciclo de producción, pueden retardar el crecimiento”, explicó el maestro. Muchos de los alimentos diseñados para etapas posteriores contienen niveles elevados de carbohidratos y/o proteína, que son difíciles de procesar para el aparato digestivo inmaduro de los pollos jóvenes. La nutrición representa del 60 al 65% del costo de producción, por lo que cuando las raciones se absorben de manera inadecuada, resultan ineficientes desde el punto de vista del costo. Además, los alimentos no apropiados también pueden dañar el delicado tracto gastrointestinal y en algunos casos la lesión puede ser severa, explicó el profesor Maiorka. Incluso un daño mínimo puede ser costoso “Sin embargo, un daño mínimo al tracto digestivo puede ser extremadamente costoso”, aclaró. Esto se debe a que los tejidos digestivos desempeñan un papel de gran importancia en el crecimiento. Utilizan hasta el 30% del oxígeno y las proteínas y el 20% de la energía que consumen las aves. Asimismo, los tejidos intestinales tienen una tasa metabólica extremadamente alta, pues se regeneran cada 97 horas y despliegan una intensa actividad celular metabólica. El experto también advirtió que es necesario tener cuidado si hay presencia de ciertos componentes en la dieta, por ejemplo grasas peroxidadas, fitatos, polisacáridos distintos a los almidones, micotoxinas y aminas biogénicas. Algunos de estos compuestos –ya sea solos o en combinación– pueden causar inflamación y retraso del crecimiento. La alimentación in ovo es promisoria Los nutricionistas están haciendo experimentos con nuevas maneras de acelerar la maduración de los tejidos digestivos, una de las cuales es la alimentación in ovo, utilizando métodos de alta tecnología para administrar nutrimentos a las aves desde antes de nacer. El propósito de la alimentación in ovo es adaptar a los animales a las dietas que habrán de recibir inmediatamente después del nacimiento, para acelerar el desarrollo de los tejidos intestinales y promover la generación de importantes enzimas digestivas. “El período que transcurre entre la incubación y las primeras etapas posteriores a la eclosión es crítico para el desarrollo de todos los sistemas, especialmente el tracto digestivo”, dijo Maiorka. “Dado el corto ciclo de vida del pollo de engorde, cualquier merma durante este período es muy evidente”. Otros desafíos para el tracto intestinal Además de hacer frente a los retos relacionados con aspectos nutricionales, el aparato digestivo de las aves jóvenes puede sufrir estrés por algunas malas prácticas de manejo como dejarlos sin alimento después de nacer, entre otros factores (véase la Figura 1). El ayuno prolongado puede causar digestión de las células de la mucosa intestinal, lo que a su vez hace que se acorten las vellosidades intestinales, estructuras tubulares que recubren internamente a la pared de este órgano. Las variaciones en la temperatura durante los primeros días de vida también pueden causar problemas en el desarrollo intestinal, dijo el profesor Maiorka. Esto se debe a que las temperaturas demasiado frías o calientes hacen que las aves coman y beban menos, lo que hace más lento el crecimiento de la mucosa intestinal y, además, retrasa la maduración del sistema inmune. Otro desafío significativo al que se enfrentan las aves recién nacidas es el que representan los microorganismos, incluyendo a varios tipos de bacterias, protozoarios, virus y hongos. Las dietas con mayor viscosidad tienden a contener más microbios por lo que aumenta la concentración de nutrientes sin digerir en el tracto gastrointestinal, dijo el orador. Dichas condiciones incrementan la fermentación y esto puede irritar el intestino y disminuir la absorción de nutrimentos, indicó. El profesor Maiorka concluyó aconsejando a las integraciones avícolas a invertir más en alimentos, medicinas y vacunas que salvaguarden la salud de las aves. “Es cierto que incluso el uso juicioso de estas medidas cuesta más tiempo y dinero, pero el retorno obtenido bien lo vale”. Back to Latino América Edición (#6) |